martes, 7 de agosto de 2012

Mentiras


















¿Por qué la gente tiene que contar mentiras?
En estos tiempos nadie cree ya lo que aparece en los periódicos, ni en la televisión, ni en niguna parte.
No es que no quieran creerlo. Es que simplemente, ya no pueden.

En apenas dos horas, mi mundo se ha desplomado esta mañana. Primero, casi piso una rata muerta que yacía en el bordillo de la acera. Quizás sea esa la paradoja de la historia. Quizás la imagen de esa rata muerta y pisoteada por algún coche sea la metáfora que mejor defina la situación actual del país.

Más tarde, y algo que me volcó el corazón, fue lo siguiente...
Cada vez resulta más sencillo encontrar a una persona mendigando por las calles, o con sosteniendo una gorra entre sus manos con cuatro escasas monedas en su interior, o a alguna persona envuelta en mantas en un cajero automático.
Pero lo que vi me entristecio de un modo sobrenatural... y es que se trataba de una señora de aproximadamente sesenta años, que pedía limosna por el centro. Y es que esa mujer podría ser perfectamente mi abuela, o la abuela de un amigo mío, o la abuela de mi vecino...
Es que nadie puede creer ya lo que dicen los políticos, ni la prensa, ni la radio, ni lo que nadie ni nada dice. Solo pueden creer lo que sus corazones les dicen; y es que ahora que hemos caído en este pozo tan profundo, no podremos salir.
Odio las sorpresas, probablemente muchas personas las odien, aunque a veces nos agraden sorprendiéndonos con algo maravilloso, yo peco de impaciencia, así que la espera me mata... y también la hipocresía de algunas personas vestidas con traje, que salen ahí a contar mentiras, y entonces yo pienso <<Y para eso, ¿por qué no han contratado a un payaso?>>.
Ya sabeis lo que dijo Mark Twain, <<Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y  nos lo exige cuando empieza a llover.>>

Libromaníaca.


 







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